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Quién soy

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Mi nombre es Valeria Moya y hago Natación Artística desde hace 17 años. Empecé a los siete en el Real Canoe Natación Club y hasta ahora. No fue un amor a primera vista, la verdad es que me apunté a hacer natación sincronizada (así se llamaba por aquel entonces) porque la natación me parecía muy aburrida y cualquier otro deporte fuera del agua no me llamaba la atención. 

 

No os voy a engañar, los primeros años en este deporte no los recuerdo muy bien. Sé que la primera competición de España donde nadé quedamos octavas, es decir, últimas. Pero al año siguiente cambiamos de entrenadora y con Itziar Aspe logramos quedar primeras de España en Equipo Libre con una coreografía de Matrix, la película. Pasamos de últimas a primeras ¡en tal solo un año! Un poco loco. 

A partir de ese año nos seguimos manteniendo en el podium, ya fuese primeras, segundas o terceras. Hicimos coreografías de Queen (la banda británica de Rock), de las canciones míticas de Disney, de la película estadounidense Saturday Night Fever (Fiebre del Sábado Noche), de las canciones de Elvis, de la película The Blues Brothers, nos volvimos raperas e hicimos un equipo sobre canciones de rap, creamos una boda con las músicas típicas que se suelen escuchar en estos eventos, hicimos un combo del grupo de percusión Mayumaná… Pero sin duda la coreografía que más nos marcó (y creo que puedo hablar por el resto de mis compañeras cuando digo esto) es el Combo que hicimos de ACDC (grupo de hard rock australiano nacido en 1973). Cuando nadamos esta rutina por primera vez la hicimos nuestra y después de luchar a codazos conseguimos el primer puesto de nuevo.

A los 14 asistí a mi primera competición internacional representando a España. Fui convocada a la concentración donde entrenaríamos para competir en la Mediterranean Synchronized Swimming Cup Comen en Grecia, 2010. 

 

En 4º de la ESO, a mis 15 años, me ofrecieron entrar en el IMDER (colegio para deportistas que residen en Madrid). Es un centro de alto rendimiento, pero en Madrid ¿En qué se diferencia al resto de colegios? Pues que el deporte y los estudios se complementan de tal forma que puedes hacer ambos sin ningún problema. Yo me levantaba a las 6:30 de la mañana y a las 7:10 ya estábamos entrenando. El entrenamiento por la mañana duraba hasta las 10 y 25 exactamente y a las 10:30 salía el autobús que nos llevaba a los deportistas de agua (“sincro”, natación, saltos y waterpolo) hasta el colegio. 

Las clases comenzaban a las 11 y terminaban a las 17. Al terminar nos estaba esperando el mismo bus que nos devolvía a la piscina. Por las tardes entrenábamos con el club de 18:00 a 21:30. Y ahí acababa nuestro día. 

Este mismo año fui convocada por la Selección Junior de España para competir en el Campeonato de Europa en Belgrado, 2011. Recuerdo que entrenamos duro, unas 9 horas diarias. Al final el trabajo trajo sus frutos y quedamos subcampeonas de europa tanto en Equipo Libre como en Combo, detrás de Rusia. 

 

Competir con la selección me enseñó que los límites están muy lejos y que aun creyendo que lo has encontrado, sigue estando un pasito por delante tuya. Me ayudó a la búsqueda de la perfección (aunque al final te das cuenta de que eso no existe) y a controlar mis nervios antes de competir.

Muchas veces nos preguntan en qué pensamos en los últimos momentos antes de salir, para eso me ha ayudado mi compañera Carmen Juárez (ex integrante de la Selección Absoluta Española de Natación Artística) a describirlo a la perfección “La cantidad de pensamientos que se te pasan por la cabeza en esos momentos es increíble, parecido a la Gran Vía en hora punta. No sabes si reír, llorar, salir corriendo, quedarte bloqueado, ponerte ya las pinzas para estar preparada o respirar un segundo más, que seguro que ese aire lo vas a necesitar. A mi personalmente me gusta mirar a la grada, siempre busco una cara conocida antes de salir a competir, buscando una mirada de complicidad que me de los últimos refuerzos de apoyo para la competición. Repasas mentalmente, en milésimas de segundos todas tus correcciones e incluso tonterías que se te pasan por la cabeza que quieres hacer cuando acabes, te imaginas cómo saldrá y cómo te sentirás al acabar y dudas hasta de con qué pie se empieza a caminar (suena muy tonto, pero muy importante para nosotras) y todos esos pensamientos, sensaciones e ideas suceden en los segundos que acaba el anterior equipo hasta que te indican que es tu turno. Un minuto, dos como mucho, pero que si tuviera que describir todo lo que siento y como pasa el tiempo en aquel momento, sería una eternidad.” Y en mi caso cuando sales a la tarima, haces la entrada y te tiras al agua...entonces ahí la cosa cambia, todos los nervios se disipan y sólo puedes empezar a disfrutar.

La “sincro” para mi es sacrificio, disciplina, pero sobre todo COMPAÑERISMO. Te enseña a ganar y perder juntas. A llorar, sufrir, reír y disfrutar juntas. A vivir al límite y cuando crees que no puedes más, ahí está tu equipo para recordarte que siempre se puede un poquito más. Yo gracias a este deporte he sabido lo que es acabar una rutina y decir: “dios, lo acabo de dar todo en estos cuatro minutos. Y no lo he hecho sola, sino que ellas han estado conmigo”. Así que cuando me preguntan siempre sonrío y pienso, por vosotras compañeras.

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